El 16 de diciembre de 2024 falleció el Dr. Josep Toro Trallero en Barcelona, a la edad de 88 años. Nos dejó un gran amigo, maestro y referente de una gran parte del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infantil y Juvenil del Hospital Clínic y uno de los psiquiatras más estimados del ámbito catalán y español de las últimas décadas.
Licenciado en Medicina por la Universidad de Barcelona (UB), y Diploma en Psicología y Psicotecnia por la Universidad de Madrid, comenzó su andadura profesional como profesor de psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona, para posteriormente regresar a la Facultad de Medicina de la UB. Siendo profesor de ésta Facultad y de la Escuela de Psicología Clínica, su inquietud científica le llevó a crear, en los sótanos del Hospital Clínic, la denominada Unidad de Psicopatología Infantil Experimental, y fue allí donde comenzó a formar equipo y a introducir las intervenciones psicológicas científicas (eso que ahora llamaríamos terapias basadas en la evidencia), y a interesarse por patologías como la enuresis, el trastorno obsesivo-compulsivo de inicio infantil y sobre todo la anorexia nerviosa. Por aquel entonces trataba pocos casos, pero muy graves, realizando un detallado análisis funcional de los pacientes, trabajando con ellos a modo de “Caso Único” y dedicándoles muchas horas.
A finales de la década de los 80 se creó la Sección de Psiquiatría Infantil dirigida por él. Por aquel entonces sólo contaba con una enfermera y una psiquiatra y varios psicólogos asistentes sin contrato o con contratos precarios siendo por esta sección por la que rotaban los residentes que deseaban formarse en Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia.
En 1992 el equipo se integró en la red pública de asistencia en psiquiatría y psicología infantil, teniendo muy clara la importancia de incorporar psicólogos clínicos trabajando de igual a igual con los psiquiatras. En 1996, cuando ya era considerado un referente a nivel nacional en trastornos de la conducta alimentaria, consiguió la ampliación de la Sección, incorporando una sala de hospitalización general para trastornos mentales en niños y adolescentes y un hospital de día para trastornos de la conducta alimentaria, aunque ello supusiera un cambio de sede (hubo un traslado a la sede situada en el Hospital Casa Maternitat). En el campo de los trastornos de la conducta alimentaria logró ser un referente no sólo a nivel asistencial, y docente, sino también en investigación, describiendo factores de riesgo y de mantenimiento de la enfermedad tras el estudio detallado de la población asistida; y validando los primeros cuestionarios de estas patologías. La creación del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infantil y Juvenil llegó unos años después, coincidiendo con su jubilación como psiquiatra del Hospital Clínic. A este servicio siguió acudiendo durante años, interviniendo en docencia y participando en las sesiones clínicas y científicas que se realizaban. Enseñó a todos los que se formaron con él la importancia de la atención cercana a los pacientes y a sus familias y la necesidad de hacer a todos partícipes del tratamiento. Además, colaboró durante todos estos años con la Associació contra l’Anorèxia i la Bulímia (ACAB), siendo uno de los impulsores gracias a varios familiares de pacientes del Servicio.
Como Profesor de la Facultad de Medicina destacan sus clases de psiquiatría infantil en el grado de medicina y la dirección del Curso de Posgrado y posteriormente Máster en Psicopatología de la Infancia y Adolescencia. Probablemente ésta ha sido una de las actividades en las que más ha disfrutado. Porque al lado del “clínico” siempre destacó su faceta docente, ese deseo de enseñar. Y así, año tras año, se llegó a formar a 28 promociones, formadas fundamentalmente por psicólogos de toda España y Latinoamérica, de los cuales siempre se sintió orgulloso. Podemos asegurar que la gran mayoría de exalumnos solo tienen palabras de agradecimiento para su maestro y amigo, como lo demostraron en la emotiva celebración de los 25 años del Máster (2017), del cual fue su espíritu impulsor y principal profesor hasta su finalización en el curso 2020-2021.
Como profesor y director de tesis hemos de destacar su puesta al día, su constancia y rigor. Seguía la literatura científica con pasión, leía el último artículo de las revistas más apreciadas en su ámbito, y los sintetizaba en sus fichas para tener ese contenido siempre presente. Revisor infatigable de artículos, capítulos, tesis…, cuidaba el lenguaje y el método hasta el límite.
Pero además de un excelente docente fue un gran comunicador. Recorrió varias veces la geografía española impartiendo cursos, ponencias, conferencias en numerosos congresos. Siempre tenía un lugar en su agenda para estos actos. Y también tuvo muy presente dos asociaciones científicas: la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y del Adolescente (AEPNYA) de la cual fue Socio de Honor y la Asociación Española para el estudio de los trastornos de la conducta alimentaria (AEETCA) que ayudó a fundar.
También hemos de destacar su labor como divulgador científico y autor. En la década de los 60 cofundó con varios amigos y compañeros de profesión una editorial (Editorial Fontanella), donde se encargaron, mediante dos colecciones (Psicología de la Conducta Humana y Breviarios de Conducta Humana), de hacer llegar libros de los grandes autores de este campo a los estudiantes y profesionales que se iniciaban en la psicología. Posteriormente fue autor de numerosos libros: “Mitos y errores en la educación”, desde un punto de vista pedagógico, “Causas y tratamiento de la enuresis”, “Etiopatogenia y tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo”, “El cuerpo como delito”, “El cuerpo como enemigo”, “El adolescente ante su cuerpo”, “El adolescente en su mundo”. A ello hay que añadir la coordinación del libro “Psicopatología del desarrollo” en el que muchos de nosotros participamos.
Compatibilizó también su dedicación a la asistencia en la práctica privada en el Gabinete Galton, institución pionera en la creación y desarrollo de un equipo multidisciplinario dedicado al estudio y tratamiento de las diferentes patologías mentales, fundamentalmente en niños y adolescentes, entidad que hace ya años cumplió el medio siglo y de la cual fue socio fundador.
No entraremos en los numerosos premios y reconocimientos que completan su reseña profesional, para quedarnos con su lado más humano. Persona afable, cercana, fuerte. Con un gran sentido del humor mezclado con una suave o no tan suave ironía. Respetado en todos los ámbitos, de una elevada calidad humana y con una capacidad incombustible de afrontamiento a los retos que le iba poniendo la vida. Hombre culto, con el que era un gusto dialogar, en el despacho o en las cenas que tantas veces hemos realizado. Se podía hablar de la última novela, de un ensayo, de la cartelera de cine o, sobretodo, de teatro. Y, no queremos olvidar su faceta de poeta. Cada año nos deleitaba con sus versos, regalando sus estrofas a sus queridos alumnos de Máster o a sus compañeros del Servicio. En nombre de todos ellos, a los que representamos, queremos mostrar el agradecimiento por la labor del maestro y la proximidad del amigo.