Artículo original
1 Servicio de Salud Mental. Hospital Universitario Vall d'Hebron,
Barcelona, España.
2 Grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones, Vall d’Hebron
Institut de Recerca (VHIR). Barcelona, España.
3 Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental
(CIBERSAM), España.
4 Departamento de Psiquiatría y Medicina Legal, Universitat
Autònoma de Barcelona, Barcelona, España.
5 Grup TLP Barcelona, España.
* AUTOR DE CORRESPONDENCIA
Natalia Calvo
Correo: natalia.calvo@vallhebron.cat.
Revista de Psiquiatría Infanto-Juvenil (AEPNYA), Vol. 41 Núm. 4 (Octubre - Diciembre, 2024), Pag: 34-44. ISSN: 1130-9512 | E-ISSN: 2660-7271
Recibido / Received: 15/04/24
Aceptado / Accepted: 13/10/24
RESUMEN
Introducción: Uno de los factores de riesgo específicos más frecuentemente asociados con el desarrollo de autolesiones no suicidas (ANS) en la adolescencia y adultez temprana es el maltrato infantil. Objetivos: En primer lugar, examinar las diferencias en la frecuencia y versatilidad (método único vs. combinado) de ANS en dos grupos de pacientes (adolescentes vs. adultos jóvenes). En segundo lugar, examinar las diferencias en las experiencias de trauma infantil autoinformadas en dos grupos de pacientes (adolescentes vs. adultos jóvenes). En tercer lugar, examinar las diferencias en las experiencias de trauma infantil autoinformadas en dos grupos de pacientes con ANS según la versatilidad del método autolesivo (método único vs. combinado). Material y métodos: La muestra estuvo formada por 284 pacientes ambulatorios que acudieron a las consultas externas de un hospital general (86,6% mujeres, edad media = 19,29 años, DE = 3,32) y fueron divididos en dos grupos de edad: adolescentes de 12 a 18 años (n= 127; 44,7% de la muestra total), y adultos jóvenes de 19-25 años (n=157; 55,3%). Resultados: No se encontraron diferencias significativas en la frecuencia y versatilidad de las autolesiones en los dos grupos de pacientes (adolescentes vs. jóvenes) así como tampoco diferencias en las experiencias de trauma infantil autoinformadas en los grupos de pacientes según la versatilidad del método autolesivo. No obstante, si se objetivó que los adultos jóvenes reportaron mayores puntuaciones de trauma infantil autoinformado en comparación con los adolescentes. Conclusiones: Se necesitan estudios futuros para la detección de factores de vulnerabilidad temprana y poder así mejorar el uso de intervenciones psicoterapéuticas más efectivas para el manejo clínico de las autolesiones no suicidas.
Palabras clave: Autolesiones No Suicidas (ANS), Maltrato Infantil (MI), métodos de ANS, subtipos de Maltrato Infantil.
ABSTRACT
Introduction: Introduction: One of the specific risk factors most frequently associated with the development of non-suicidal self-injury (NSSI) in adolescence and early adulthood is childhood maltreatment. Objectives: First, to examine differences in the frequency and versatility (single vs. combined method) of NSSI in two groups of patients (adolescents vs. young adults). Second, to examine differences in self-reported childhood trauma experiences in two groups of patients (adolescents vs. young adults). Third, to examine differences in self-reported childhood trauma experiences in two groups of patients with NSSI according to the versatility of the self-injury method (single vs. combined method). Material and methods: 284 outpatients (86.6% women, mean age = 19.29 years, SD = 3.32) were divided into two age groups: adolescents from 12 to 18 years (n= 127; 44.7% of the total sample), and young adults aged 19-25 years (n=157; 55.3%). Results: No significant differences were found in the frequency and versatility of self-harm in the two groups of patients (adolescents vs. young people) and no differences were observed in self-reported childhood trauma experiences in the patient groups according to the versatility of the self-harm method. However, it was found that young adults reported higher scores of self-reported childhood trauma compared to adolescents. Conclusions: Future studies are needed to detect early vulnerability factors and thus improve the use of more effective psychotherapeutic interventions for the clinical management of non-suicidal self-injury.
Keywords: Non-suicidal self-harm (NSSI), childhood maltreatment (CM), methods of NSSI, CM subtypes.
Las autolesiones no suicidas (ANS) se definen como el daño autoinfligido intencionalmente en la superficie del cuerpo con la expectativa de provocar daño físico moderado, en ausencia de intención suicida 1 . En la CIE-11 (Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud) 2 , las ANS existen a nivel de síntoma mientras que, en el DSM-5-TR (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) 3 , se introduce como una categoría diagnóstica que precisa más estudio.
Las tasas de prevalencia de las ANS en la población general a nivel mundial oscilan aproximadamente entre el 17% y el 18% de los adolescentes 4 ), el 13% de los adultos jóvenes y el 6% de los adultos mayores de 25 años 5 . Sin embargo, en muestras clínicas estas tasas pueden ser mucho más altas, llegando hasta el 50% y 60% en adolescentes 6 y el 21% en adultos 7 , 8 , 9 .
Las ANS generalmente comienzan en la adolescencia temprana, alcanzan su punto máximo alrededor de los 15 o 16 años y disminuyen a partir de la adultez 10 . Sin embargo, el comportamiento autolesivo persiste entre el 30% y el 40% de los adultos jóvenes con historia ANS en el pasado 11 , 12 . Estos datos subrayan el impacto significativo de las ANS en el desarrollo evolutivo desde la adolescencia hasta la edad adulta temprana 13 . Respecto al género, las mujeres tienen mayor probabilidad que los hombres de realizar ANS a lo largo de su vida y esta diferencia de género es mayor en muestras clínicas 14 .
Las ANS pueden ocurrir en el contexto de diversos trastornos mentales, pero también pueden presentarse sin psicopatología acompañante 15 . Se ha observado una asociación particularmente fuerte entre las ANS y el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) 16 . Aunque las ANS se definen por su falta de intención suicida, la frecuencia (número de episodios) en que se realizan las ANS presenta una asociación fuerte con el comportamiento suicida y la magnitud de esa relación aumenta a medida que un individuo utiliza mayor versatilidad de métodos. Esto se debe a que los individuos pueden estar más acostumbrados al concepto general de dañar su propio cuerpo al recurrir a diferentes métodos para autolesionarse 17 . En esta línea, hay estudios que sugieren el riesgo de suicidio se asocia más firmemente con la versatilidad de métodos en las ANS que con su frecuencia 18 , 19 .
En prevalencia global de frecuencia autolesiva y versatilidad de métodos, se observa que las ANS repetitivas son más comunes que las episódicas, y la versatilidad de métodos incrementa con el tiempo y es ligeramente más frecuente que el uso de un solo método autolesivo 20 , 21 . Además, se ha encontrado que la edad de inicio más temprana está asociada con una mayor frecuencia y versatilidad 22 . También, acerca de la versatilidad, se ha observado algunos métodos (por ejemplo, cortar) son más comunes en mujeres que en hombres, mientras que en otros no hay diferencias de género (por ejemplo, puñetazos) 14 .
Varios autores han propuesto diferentes funciones para explicar las ANS, como la regulación de emociones, el autocastigo, la función antidisociativa 23 , 24 , 25 y la función comunicativa de emociones 26 . Entre ellas, la función de regulación emocional es la que cuenta con más apoyo empírico 27 aunque el alivio que se puede sentir después de la autolesión parece ser de corta duración 28 .
Respecto a su etiología, los estudios longitudinales han descrito como factores de riesgo el género femenino, la edad de inicio temprana de la conducta autolesiva no suicida, la edad de inicio temprana de ideación e intentos de suicidio, la sintomatología depresiva y el estrés psicológico general 29 . El modelo etiológico más relevante, postuló dos factores de riesgo distales; la predisposición genética a altos niveles de reactividad emocional y cognitiva y los factores ambientales como el maltrato infantil y la hostilidad/criticismo en el contexto familiar 30 .
En esta línea, los adolescentes que realizan ANS frecuentemente explican historia de maltrato infantil 31 , 10 , 32 . Una revisión sistemática encontró que la incidencia de ANS en adolescentes y adultos jóvenes era mayor entre las personas con experiencia de maltrato infantil que entre aquellas sin experiencias de maltrato infantil 33 . En una encuesta alemana aproximadamente el 65% de las personas que se habían autolesionado habían experimentado al menos una forma de maltrato infantil, mientras que alrededor del 50% había sufrido múltiples tipos de maltratos infantiles 34 .
La naturaleza de la asociación entre las ANS y el maltrato infantil (MI) en sus diferentes formas: abuso físico, negligencia física, abuso psicológico, negligencia psicológica y abuso sexual 35 aún no está clara. Hay metaanálisis que han encontrado que todos los subtipos de maltrato infantil, excepto la negligencia emocional, se asocian a las autolesiones no suicidas 36 . Otros estudios han encontrado que las experiencias adversas en la infancia se asocian con ANS, pero no con su frecuencia o gravedad 31 .
En primer lugar, examinar las diferencias en la frecuencia y versatilidad (método único vs. combinado) de ANS en dos grupos de pacientes (adolescentes vs. adultos jóvenes). Nuestra hipótesis es que, al tratarse de una muestra clínica, es posible que los adultos jóvenes persistan realizando ANS y aumente su frecuencia y versatilidad de métodos a pesar de que el pico de autolesiones se de en la adolescencia tardía. En segundo lugar, se pretende analizar las diferencias en las experiencias de MI autoinformadas en dichos grupos de pacientes (adolescentes vs. adultos jóvenes), ya que es posible que el grupo de adultos jóvenes tenga mayor capacidad para elaborar y recordar sucesos traumáticos. En tercer lugar y por último, se pretende examinar las diferencias en las experiencias de MI autoinformadas en dos grupos de pacientes con ANS según la versatilidad del método autolesivo (método único vs. combinado) puesto que se hipotetiza que podría existir una correlación entre mayor trauma infantil auto reportado y un mayor uso de más métodos autolesivos debido a que un uso de múltiples formas de autolesión se asocia a una mayor gravedad y a un mayor riesgo de intentos de suicidio, por lo que sería preciso para incrementar el seguimiento intensivo en dichos pacientes.
Se trata de un estudio transversal con una muestra de 284 pacientes ambulatorios. Los pacientes reclutados presentan como motivo de consulta principal la presencia de ANS, en la consulta del Servicio de Salud Mental de un Hospital Universitario de Barcelona (España). De los 284, el 86,6% son mujeres y la media de edad de la muestra es de 19,29 (D.E. 3,32). Los pacientes se dividieron en dos grupos de edad: el primer grupo estaba formado por 127 adolescentes (44,7% de la muestra total) con un rango de 12-18 años. El segundo estaba integrado por 157 adultos jóvenes (55,3% de la muestra total) de 19-25 años. Del grupo de adolescentes, el 88.2% eran mujeres (n= 112), con una media de 16.24 años (SD= 1,45). En cuanto al grupo de adultos jóvenes, el 85.4% eran mujeres (n= 134), con una media de edad de 21.75 años (SD= 2,16).
La evaluación psicopatológica de los pacientes se realizó mediante tres visitas consecutivas con un psiquiatra y un psicólogo clínico, ambos con amplia experiencia clínica en ANS. Todos los pacientes realizaron una primera visita en la que se realizó entrevista clínica y recogida de datos clínicos y sociodemográficos. Durante la segunda y tercera visitas, se administraron las pruebas psicométricas pertinentes. Los criterios de inclusión fueron los siguientes: tener una edad comprendida entre los 12 y 25 años, etapa entendida como adolescencia y adultez temprana, Cociente intelectual (CI) superior a 70, y, ausencia de enfermedades médicas orgánicas que pudieran explicar mejor los síntomas. No se recompensó económicamente a los participantes por su tiempo invertido. Dada la naturaleza de las preguntas sobre abuso infantil en menores y en adultos jóvenes; en caso de confirmación, se realizaban las derivaciones oportunas a las unidades de abuso infantil pertinentes, así como una interconsulta con trabajo social.
El estudio fue aprobado por el Comité del Hospital Universitario Vall d’Hebron, Barcelona, España (PR(AG) 321/2015). Todos los pacientes y los padres fueron informados del estudio y todos ellos dieron su consentimiento informado por escrito para la participación antes de su inclusión en el estudio y en el caso de los pacientes menores de edad firmaron el consentimiento informado los progenitores o tutores legales de estos.
La presencia, frecuencia y el tipo de conductas de ANS fueron evaluadas mediante entrevista clínica. La versatilidad de las ANS (variable principal del estudio), se definió por la categoría dicotómica en la cual se diferenciaba entre método único, es decir, una única forma de autolesionarse (p.ej. cortes) o combinado, en el cual el paciente utiliza varios métodos de autolesión (p.ej. cortes y quemaduras). Además del uso de la entrevista clínica para evaluar las ANS también se usó la versión española del Inventory Statements about Self-injury (ISAS) [versión original 37 ; versión española 38 ]. Se administró en formato heteroinformado para conocer la frecuencia y versatilidad de la ANS.
Los participantes completaron la versión española del Childhood Trauma Questionnaire- Short Form (CTQ-SF) ( 39 , 40 . Esta escala autoreportada evalúa de forma retrospectiva antecedentes de MI. Se trata de una escala de 28 ítems para adolescentes y adultos que valoran 5 tipos de MI: abuso físico (AF), abuso sexual (AS), abuso emocional (AE), negligencia emocional (NE) y negligencia física (NF). Cada subescala se representa en 5 ítems evaluados con respuestas de escala tipo Likert de 5 puntos, desde “nunca” hasta “casi siempre”.
El CTQ-SF ha mostrado propiedades psicométricas adecuadas. Los coeficientes α de Cronbach para las escalas de la versión española del CTQ-SF fueron: AE (0,87), AF (0,89), AS (0,94), NE (0,83) y NF (0,66) 39 . Se utilizaron puntos de corte estandarizados del CTQ de la versión original propuestos para cada subescala de maltrato para clasificar si los participantes referían MI y de qué tipo. Estos puntos de corte eran: subescala de abuso emocional >8; subescala de maltrato físico >7; subescala de abuso sexual >5; subescala de negligencia emocional >9; y subescala de negligencia física >7 40 . En este sentido, se considera que han experimentado maltrato si al menos una subescala supera el punto de corte establecido.
Se aplicó un análisis exploratorio para evaluar posibles diferencias iniciales entre grupos utilizando pruebas t para variables continuas y pruebas χ2 para variables categóricas. Para examinar las diferencias en frecuencia y versatilidad de ANS en los dos grupos de pacientes jóvenes se realizó pruebas χ2 para variables dicotómicas. Realizamos una prueba t para medidas independientes para explorar las diferencias en las experiencias de MI en ambos grupos. Finalmente, se realizó, de nuevo, una prueba t para medidas independientes para comparar la versatilidad de ANS entre los individuos maltratados/no maltratados que, en este caso, juntamos la muestra total. Todos los análisis se realizaron con SPSS versión 24 y todos los resultados informados fueron significativos al nivel del 5%.
Del total de la muestra, 127 pacientes ambulatorios formaron parte del grupo de 12 a 18 años, siendo el 88,2% mujeres (n= 112), con una media de 16,24 años (SD= 1,45). En cuanto al grupo de mayor edad, la muestra estuvo compuesta por 157 pacientes ambulatorios, de los cuales el 85,4% eran mujeres (n= 134), con una media de edad de 21,75 años (SD= 2,16).
Los resultados en relación a las diferencias entre la frecuencia y versatilidad de ANS entre el grupo de adolescentes y el grupo de adultos jóvenes indica una mayor frecuencia de ANS en el grupo de adultos jóvenes, si bien dichas diferencias no resultaron significativas (χ2 = 3,63, p=0,06). En ambos grupos la forma de ANS más prevalente es la única (75% de los adolescentes y 63% de los adultos jóvenes). No obstante, los adultos jóvenes tienden a mostrar más versatilidad de métodos de ANS en comparación con los adolescentes (método combinado: 25% de los adolescentes y 37% de los adultos jóvenes).
Los resultados en relación a las diferencias en las experiencias de trauma infantil autoinformadas entre los dos grupos se presentan en la Tabla 1. Así, los adultos jóvenes presentan puntuaciones totales más elevados en la puntuación total de MI en la infancia (t = -2,75, p= 0,006), y específicamente en abuso total (t = -2,56, p= 0,011) y en negligencia total (t = -2,33, p= 0,020). En relación a los subtipos concretos del CTQ los resultados indican que los adultos jóvenes presentan puntuaciones más elevadas en los subtipos de abuso emocional (t = -2,85, p= 0,005) y abuso sexual (t = -2,21, p= 0,025), así como de negligencia emocional (t = -2,19, p= 0,029) y negligencia física (t = -1,97, p= 0,050). Estos resultados indican que el abuso emocional es el subtipo con más diferencias entre ambos grupos de edad. Por otro lado, es destacable que, en el abuso sexual, el resultado de la prueba de igualdad de varianzas es significativa (p= 0,013), por lo que se eligió el resultado correspondiente del análisis. También señalar que, en negligencia física, la diferencia entre grupos es marginal (t = -1,97, p = 0,05). Por último, en el caso del abuso físico no hubo diferencias significativas (t = -0,45, p= 0,656) entre grupos.
Tabla 1 Experiencia de maltrato infantil del autoinforme Cuestionario de Traumas Infantiles (CTQ) y grupos de edad.
En relación al tercer objetivo del estudio sobre las diferencias en las experiencias de trauma infantil autoinformadas en dos grupos de pacientes con ANS según la versatilidad del método autolesivo se presentan en la Tabla 2. Los datos obtenidos indican que no existían diferencias significativas por lo que el método único o combinado utilizado en las ANS no parece estar relacionado con las experiencias de maltrato infantil.
Tabla 2 Experiencia de maltrato infantil en el Cuestionario de Traumas Infantiles (CTQ) y versatilidad de métodos en Autolesiones No Suicidas (ANS)
La literatura sugiere que el maltrato infantil y sus subtipos pueden ser considerados uno de los factores de riesgo específicos más frecuentemente asociados en el desarrollo de las ANS en la etapa de la adolescencia y adultez joven 29 , 33 , 36 . Siguiendo esta línea, los objetivos de este estudio han sido estudiar la posible asociación entre ambos teniendo en cuenta la versatilidad de los métodos en una muestra de pacientes ambulatorios de entre 12 y 25 años.
Nuestros resultados indican que los adultos jóvenes presentan, tanto mayor frecuencia como versatilidad, al usar más de un método de ANS que los adolescentes. Estos resultados podrían estar relacionados con lo que algunos autores sugieren que el alivio que pueden producir las ANS puede convertirse en una práctica recurrente, generando patrones de dependencia, con tendencia a la cronicidad 41 , explicando así en parte la presencia de más ANS y en formas combinadas en adultos jóvenes en comparación con los adolescentes. En la misma línea, algunos estudios han observado que las personas con un inicio temprano de ANS parecen tener más tiempo para experimentar varios métodos ANS, lo que podría producir un fenómeno de habituación al método autolesivo principal y en consecuencia probar con otros métodos de ANS para aumentar el dolor o la gravedad 42 .
Nuestros resultados en relación a MI y edad de los pacientes estarían en la línea de los estudios publicados hasta la fecha que señalan que la etapa del desarrollo en que se producen ciertos tipos de experiencias traumáticas pueden impactar de forma diferente y condicionar su expresión posteriormente 43 . Coincidiendo con estudios anteriores, los pacientes de mayor edad comparado con el grupo de adolescentes de nuestro estudio tienden a presentar un patrón de mayor severidad relacionado con las puntuaciones más elevadas en maltrato infantil. Si bien la literatura refiere que la concordancia entre medidas prospectivas y retrospectivas de los MI debe ser considerada con precaución, este resultado estaría en concordancia con lo que algunos autores señalan acerca de que la expresión del maltrato infantil varía con el paso de los años 44 , 45 .
Por último, en nuestro estudio se observó que un mayor número de eventos traumáticos o una mayor gravedad de estos eventos no se relacionan con mayor versatilidad de métodos. No obstante, algunos estudios señalan que, ciertas características de las ANS, como severidad y diversificación de métodos de ANS utilizados 46 , 47 , 48 así como la frecuencia 49 , 50 se asociarían a mayor psicopatología y riesgo de intentos de suicidio 51 . Sin embargo, estas diferencias entre nuestros resultados y lo que la literatura expresa podrían estar relacionadas con las características de nuestro estudio. A la luz de los resultados obtenidos y según los recientes estudios, situar las ANS no solo desde el número y/o métodos utilizados, sino básicamente desde la detección precoz de aquellos factores de vulnerabilidad tempranos, como el MI que pueden conducir a un empeoramiento clínico, podría mejorar no solo la propuesta de entidad diagnóstica en el DSM-5-TR 3 , 52 , 53 , sino especialmente, el uso de intervenciones psicoterapéuticas más eficaces para su manejo clínico 54 , 55 . Futuros estudios deberían centrarse en analizar con mayor profundidad esta posible asociación teniendo en cuenta nuevas variables.
Una de las limitaciones de este trabajo sería el tamaño y las características de la muestra. Si bien los resultados obtenidos resultan significativos, futuros estudios con un mayor reclutamiento de participantes y en otros entornos clínicos permitirían confirmar los resultados obtenidos y esperados. Una segunda limitación es que la mayoría de la muestra es femenina (86,6%), por lo que en futuros estudios sería interesante poder contar con mayor presencia de género masculino, aunque es cierto que las ANS son más presentes en el género femenino. La tercera limitación está relacionada con la posible relación entre frecuencia de ANS e historia de MI. Estos análisis están pendientes de ser realizados en futuros trabajos en el marco de un estudio más amplio del cual forma parte este artículo. Finalmente, el uso del CTQ como instrumento para la recogida de información sobre el MI. Aunque se trata de un autoinforme de uso generalizado en los estudios y que ha mostrado adecuadas propiedades psicométricas, este tipo de información precisaría de estudios de características más longitudinales que permitan una mayor precisión de la información.
Nuestros principales hallazgos muestran que la conducta autolesiva es más presente y se usa un mayor número de métodos autolesivos en la adultez temprana que en la adolescencia, confirmando la hipótesis de que en muestras clínicas las ANS pueden persistir y agravarse. El estudio sugiere que en la adultez temprana se reportan tasas más elevadas de maltrato infantil. Sin embargo, no se ha encontrado que la mayor presencia de eventos traumáticos en la infancia se relacione con una mayor frecuencia en la versatilidad de métodos autolesivos. No obstante, es importante seguir investigando en la detección precoz de los factores de riesgo de las ANS para así poder ofrecer una mejor intervención psicoterapéutica precoz y eficaz.